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La plaza de España se llenaba de gente durante los mediodías M.FORTUNA
Otro agosto sin feria, pero con las calles llenas de vecinos y visitantes

Otro agosto sin feria, pero con las calles llenas de vecinos y visitantes

El Ayuntamiento decidió suspender toda la programación prevista debido al incremento de contagios de las semanas previas

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Lunes, 13 de septiembre 2021, 17:41

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La covid obligó a suspender la feria y fiestas de agosto por segundo año consecutivo. La diferencia con 2020 es que este verano sí se planteó en un inicio una programación para llevar a cabo del 19 al 24 de agosto, pero finalmente debido al aumento de casos activos en Quintana las dos semanas previas, el Ayuntamiento decidió no llevarla a cabo.

El empeoramiento de la situación coincidió con el final de la celebración de La Velada pues pese a acoger una serie de eventos adaptados a las normas de seguridad, los positivos comenzaron a multiplicarse día tras días. Según explicó la policía local, las congregaciones de jóvenes tras el cierre de los bares en lugares alejados del casco urbano pudo ser uno de los motivos de la propagación del virus en numerosos grupos de amigos de la localidad.

La alarma saltó cuando los primeros contagios, que fueron de veinteañeros, se empezaron a expandir entre otros familiares con edades más avanzadas. Este hecho provocó que la incidencia acumulada a los 7 días se disparase y desde el Consistorio se vieron obligados, según explicó en pleno el alcalde, Raimundo Dávila, a cancelar todo tipo de actividad municipal festiva. Lo primero que se paralizó fue la edición del libro de la feria, uno de los elementos con más tradición de las fiestas de verano en Quintana. Pese a tenerlo prácticamente terminado, con la publicidad de las empresas locales y los escritos de los vecinos, decidieron no imprimirlo puesto que la programación incluida en el mismo no se iba a llevar a cabo.

Sin atracciones infantiles

En un primer momento, según informó Dávila, se planteó la posibilidad de mantener la zona infantil de atracciones «con el fin de que los niños, que están siendo uno de los grandes perjudicados de esta pandemia, mantuvieran la ilusión». Finalmente, tras la celebración de una junta de Gobierno el 13 de agosto, se decidió cancelarlo también puesto que, según explicaron «podría dar pie a la concentración de personas y favorecer la transmisión del virus». Aun así, y pese a la suspensión total de toda la programación festiva, los vecinos migrantes que cada verano llegan desde País Vasco y Cataluña, llenaron el pueblo de vida. Esto hizo que los mediodías de la tercera semana de agosto se convirtieran en la atracción para quintanenses y visitantes ocupando hasta la última silla de cada terraza. Ni las altas temperaturas, ni la situación sanitaria, que para entonces había mejorado de manera sustancial hasta el punto de reducirse a 4 los casos activos, impidieron que el ambiente festivo resurgiera.

Por la noche, los jóvenes también coparon los veladores de la calle Abajo, impulsando notablemente los negocios de la zona, hecho que los propios dueños agradecieron públicamente a través de sus redes sociales tras el año y medio tan duro que habían pasado debido a los cierres y restricciones. A pesar de que los días feria se limitan originalmente a esa fecha, el pueblo mantuvo el ambiente de bullicio hasta el último día de agosto, cuando ya sí regresaron a sus casas todos aquellos que cada verano vienen al pueblo a encontrarse con sus familias atraídos por el arraigo y las raíces. Finalizaba así un agosto de reencuentros, después de más de un año, puesto que el pasado vino muy pocos. Estos días sirvieron para recuperar el tiempo perdido, despedir a los que se fueron en la distancia y presentar a los nuevos miembros y tras la marcha, comenzar de nuevo con ilusión la cuenta atrás 'hasta el año que viene'.

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