

Hacía más de dos años que el recinto de San Isidro no se llenaba de gente para celebrar la romería. Sería por eso que días antes de que se celebrara ya no había ni un hueco libre debido a los numerosos grupos que se esperaban.
Familias enteras, amigos, conocidos, todos juntos, buscando todas las sombras posibles debido a las altas temperaturas, disfrutaron como auténticos romeros de una jornada de campo, convivencia y tradiciones.
También las casetas y la música tanto la noche anterior como el mismo día, aportaron animación y diversión dejando un gran sabor de boca entre todos los que se desplazaron hasta allí que ya esperan con ganas la romería del próximo año.
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