El coronavirus paraliza Quintana
Los vecinos de la localidad, una más de las miles del país, han visto su rutina truncada y cómo de repente las calles se vaciaban para luchar todos desde casa contra el COVID 19
El país, Europa y el mundo entero están viviendo desde hace casi un mes una situación excepcional. Nos encontramos ante una pandemia que ha afectado a más de 400.000 personas en todo el planeta. El 'famoso' COVID-19 es un virus que no entiende de raza, sexo o posición económica. Un virus que ha llegado para cambiarnos la vida a todos.
Dentro de este panorama de incertidumbre que se apodera de cada hogar, el poder de transmisión del tan nombrado 'coronavirus' es la principal preocupación.
La propagación desde que se dio el primer caso en España ha llegado a los más de 45.000 infectados. En Extremadura a día de hoy, jueves 26 de marzo, hay 969 afectados, al menos 50 de ellos en el área de salud de Don Benito- Villanueva, con 24 ingresados y uno en UCI y de los cuales 21 son sanitarios. Los datos del área son del día anterior, puesto que en el momento en el que se ha publicado esta noticiala Junta aún no había actualizado los casos por zonas.
El Gobierno, tomando ejemplo de Italia, el otro país europeo más devastado por esta pandemia, decretó el estado de alarma en España el pasado 14 de marzo, y el 22 anunció su ampliación al menos 15 días más con la intención de prorrogarlo hasta el 11 de abril. Quintana, con sus 4.500 habitantes también vive en primera personas sus efectos.
Para explicar de qué manera se está viviendo desde el principio esta situación en la localidad nos remontamos al 10 de marzo. Ese día todo comenzó con el aplazamiento los eventos dispuestos para ese fin de semana como fueron el teatro, la proyección de la película de cine y el festival flamenco.
Un día después, el alcalde, Raimundo Dávila hizo público un comunicado en el que rezaba que «por carácter preventivo y por motivos de seguridad sanitaria decidían aplazar o suspender todos los actos municipales que congregasen a un número elevado de personas del 12 al 31 de marzo revisadas según las novedades».
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Esa medida afectó a eventos que no se podrán celebrar en sus fechas de inicio como el encuentro de carnaval organizado por la comparsa 'Los Caprichosos' previsto para el 28 de marzo y que suspendió directamente y el concierto del grupo Sínkope a cargo de 'JP Producciones' que iba a tener lugar el 11 de abril y ha quedado pospuesto a octubre.
Clases cerradas
El 12 de marzo conocimos también que la Junta de Extremadura suspendía la actividad educativa y por ende, las aulas de la guardería, el CEIP Virgen de Guadalupe y el IES Quintana también echaron el cierre.
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Tan solo un día después, 13 de marzo, el Ayuntamiento publicó un bando con nueve medidas. Estas supusieron la interrupción de cualquier tipo de actividad de ocio, cultural o deportiva, incluido el mercadillo de los martes. Se cerró al público todas las instalaciones municipales como la biblioteca, la casa de la cultura, el gimnasio o las pistas deportivas y se instaba a los ciudadanos a usar la sede electrónica, y las consultas telefónicas en vez de ir al Ayuntamiento.
Para terminar, apelaban a la responsabilidad de los quintanenses para quedarse en sus domicilios y en el caso de posibles síntomas, en vez de acudir al centro de salud, llamar al 112.
A ese bando le acompañó otro destinado a los propietarios de restaurantes, bares y lugares de ocio en el que recomendaba permanecer cerrados durante la crisis sanitaria, a excepción, como en el resto del país, de los comercios que ofrezcan productos de primera necesidad, farmacias, la papelería 'Jeyma' para la prensa y los estancos. También se precintaron los parques, y en apenas 72 horas, las calles de Quintana se quedaron vacías.
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Estado de alarma
Con la declaración del estado de alarma las recomendaciones pasaron a ser medidas de obligado cumplimiento por lo que los quintanenses desde ese día deben permanecer en sus domicilios con las excepciones que incluye el mismo.
Ahora si miramos por la ventana vemos las calles desiertas, los bares cerrados, los patios de colegios sin niños y tan solo se aprecia un goteo de personas que con recelo llegan a los supermercados. Un panorama insólito que, como dicen nuestros mayores, 'no se veía desde la guerra'.
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Por lo que este paisaje solitario, es el que debe permanecer hasta que la cifra de contagios baje y podamos volver a la normalidad. Porque aunque son los investigadores y sanitarios los que luchan directamente contra el virus, todos nosotros contribuimos a esa lucha quedándonos en casa. Esta es la cronología día a día de cómo nuestro pueblo, uno más de los miles que hay en España, cambió su vida y su rutina y se fue adaptando casi sin darse cuenta a una realidad que ahora vemos desde nuestras ventanas pero que, como todo, pasará.
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