El CD Quintana se impone (3-2) en el derbi comarcal ante el Campanario

Derbi de intensidad y remontadas. Se esperaba con ganas el derbi entre Quintana y Campanario y no defraudó, quien se quedara en casa por el mal tiempo reinante durante la tarde del domingo 23 de octubre se perdió un partido grande.

Dos equipos con hambre de triunfo deleitaron en el Estadio Municipal de Quintana de la Serena, tras los noventa minutos de juego el marcador fue de 3-2, quedándose los tres puntos en casa.

El once inicial de los pupilos de Diego Gallardo fue el siguiente: Isi, Adri, Pichón, Cartón, Payet, Guerrero, Víctor, Sosa, Sevi, Dani y Fernando.

También jugaron: Teo, Barquero, Grego y Jesús.

El partido para los intereses rojillos no pudo empezar mejor, con garra, coraje y sobre todo buen juego se adelantaron en el marcador. Fernando que estuvo sensacional durante el partido ponía un gran centro a Dani para que éste pusiera el 1-0 en el marcador en el minuto 6.

El buen juego seguía y parecía estar más cerca el 2-0 que el empate pero en el minuto 36 Campanario puso la igualada en el marcador con un gol de Pomo. Con dicho resultado se llegaba al descanso.

Tras la reanudación hubo buenos minutos de juego para ambos equipos, la importancia de los tres puntos para ambos conjuntos hacia que se buscara la portería contraria para romper el empate.

Quien lo consiguió primero fue el Campanario, el reloj marcaba el minuto 61 cuando Pomo nuevamente marcaba para adelantar a su equipo, poco les duró la alegría, dos minutos más tarde Sosa enganchaba el balón dentro del área para mandarlo a la red.

Antes de que Cartón estableciera el definitivo 3-2 avisó con una falta directa que se estrelló en el poste derecho del portero. En el minuto 75 fue cuando llegó el gol de Cartón y la grada rojilla estalló de alegría, sin embargo aún quedaba tiempo para llevarse algún susto, como el gol anulado al Campanario cerca del final del encuentro.

Con el final del partido y los tres puntos en el bolsillo la sensación era de alegría, por la victoria y el buen juego del equipo. En definitiva, a pesar del mal tiempo fue una tarde de disfrute, una tarde de comunión entre equipo y afición.