Emociones y recuerdos en el taller 'Coser y cantar' de e-Dinamiza
Los participantes ganaron distintos adornos que simbolizaba emociones placenteras para ellos
La asociación e-Dinamiza llegó el pasado 24 de abril hasta la localidad para impartir el taller 'coser y cantar: la experiencia de emociones placenteras'. Dicha actividad fue organizada por la asociación de minusválidos de Quintana con la intención de ofrecer a los socios algo diferente. Para la ocasión había inscritas un total de 22 personas, pero finalmente solo estuvieron 10 debido a que ese día falleció una persona joven y muy querida en la localidad, y la mitad de las personas apuntadas decidieron no ir.
Aun así, y aunque la atmosfera invitaba a lo contrario, el taller se impartió según lo previsto y con el optimismo por bandera. «El origen de esta expresión está muy ligado, por un lado, a la figura de la mujer y, por otro a la tradición ya que el de modista era un oficio que desarrollaban fundamentalmente las mujeres las cuales solían trabajar en grupo y cantar mientras lo hacían. Pero en este taller ni se canta ni se cose, sin embargo, se utiliza cuando algo nos resulta muy fácil y ese es el fin del proyecto: trasladar la idea de que las emociones se manejan, se entrenan y al final, resulta sencillo», indica Generosa Dávila, coordinadora del taller.
Conseguir emociones
La actividad está planteada a modo de concurso en el que los participantes tienen que ir contestando preguntas para conseguir los adornos que representan distintas emociones placenteras. Son un total de diez entre las que destacan la gratitud, la serenidad, la alegría o la admiración, sin dejar de lado la esperanza, el amor y el orgullo.
Explica que los participantes para conseguir el icono que representa a cada una de ellas recordaron experiencias relacionadas. «Por ejemplo, cantaron canciones con la palabra amor, pusieron en pie juegos de la infancia, además de contar alguna experiencia en la que se han sentido orgullo o leer una fábula sobre la esperanza».
Al final los participantes ganaron distintos adornos que simbolizaba emociones placenteras para ellos y posteriormente las pegaron en una bolsa de algodón que se quedaban.
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