maría fortuna
Sábado, 2 de septiembre 2017, 19:00
Isidoro Balsera Barquero, Oficial Jefe de la Policía Local de Quintana está en el cuerpo desde hace 28 años, nos cuenta su experiencia y la evolución que ha experimentado la sociedad quintanense en las últimas tres décadas.
¿Desde cuándo forma parte del cuerpo de la Policía Local de la localidad?
Comencé el 24 de noviembre de 1989, en dos meses cumplo los 28 dentro del cuerpo. Como Oficial Jefe desde el año 2001, aunque previamente cubrí una baja de larga duración años antes de Pepe Deogracias, el anterior Jefe.
¿Por qué decidió dedicarse a este oficio?
Mi padre también fue policía local, y desde pequeño consideré muy importante la labor que realizaba y por eso empezó a interesarme. Él también estuvo veinticinco años aquí, y me sirvió de guía y ejemplo a la hora de decidir sobre mi futuro.
¿Cuáles son las funciones principales que realiza un Policía Local?
En realidad tenemos competencias en muchos ámbitos, pero es cierto que en un pueblo pequeño esas funciones se reducen. Principalmente estamos más orientados a los servicios a la comunidad, aunque también tratamos los asuntos penales y todo lo relacionado con la legalidad. En lo que más solemos intervenir son en los accidentes de tráficos dentro del casco urbano, disposiciones de mando, infracciones de tráfico, multas y organización y vigilancia en eventos públicos.
¿Cuántos agentes forman el cuerpo de la localidad?
Somos un total de 11 agentes y yo que soy el Oficial Jefe. Trabajamos las 24 horas del día, y nos dividimos en tres turnos. Siempre hay dos agentes disponibles, normalmente uno se encarga de vigilar las calles de la localidad con el coche y el otro se queda en la comisaría. En acontecimientos puntuales como la feria, el festival Granirock o la velada hay refuerzos de agentes trabajando esos días.
¿Cómo es el diario de un Policía Local?
Varía en función de las épocas, por ejemplo, durante el curso escolar una gran parte del día lo dedicamos a organizar la salida y entrada de los alumnos en los centros educativos, para evitar que haya cualquier incidente entre los vehículos y los peatones. Y en verano, lo sustituimos por las fiestas, ya que estamos presentes en todos aquellos acontecimientos públicos en los que se pueda reunir un número determinado de personas para garantizar que todo trascurra con normalidad.
¿Cómo se lleva el hecho de ser policía en su propio pueblo?
Normalmente bien, pero es cierto que hay veces que se presentan situaciones incómodas. Aquí quien no es familia, es amigo, vecino o conocido, y en este punto resulta difícil a veces hacer tu trabajo o aplicar la ley por el tema de proximidad. Ya se trate de multas de tráfico, que es lo más común, o por cualquier otra cuestión en la que tengamos que intervenir.
¿Recuerda algún momento concreto que destacaría a lo largo de su carrera?
Ahora mismo no recuerdo ningún hecho destacado, pero si es cierto, que los momentos más especiales son cuando podemos rescatar o ayudar a alguien que se encuentra en peligro. Considero que es lo más gratificante de este trabajo, el servicio a la ciudadanía y velar por su seguridad. Quintana, por suerte, es una localidad que no ha sufrido en estas últimas décadas ninguna catástrofe o acontecimiento negativo a gran escala, lo más patente quizás fueron las inundaciones que tuvieron lugar hace más de quince años que supuso muchos daños materiales, pero sin ninguna pérdida humana.
¿Cree que está cambiando la percepción que la población tiene hacia la Policía a raíz del atentado terrorista de Barcelona?
En cierto modo sí. Leí en un artículo hace un par de días que un policía relataba que en ese momento, cuando sucedió la tragedia, todas las personas corrían en el sentido opuesto al lugar de los hechos, mientras que los agentes iban directos al lugar para socorrer, ayudar y evitar que ocurriera otra tragedia. Eso quizás generó cierta concienciación acerca del hecho de que el cuerpo de la policía está para mucho más que poner multas y sancionar, sino para proteger a cada uno de los ciudadanos que se encuentran en peligro y luchar contra aquellos que quieren hacer daño.
¿Cómo valoraría Quintana en cuestión de civismo y comportamiento ciudadano?
Es un pueblo tranquilo, por lo general, ocurren altercados y se cometen infracciones pero como pueden suceder en cualquier otra localidad cercana. Sí es cierto, que hay días en los que no sucede nada, y otros por el contrario nos encontramos con dos o tres sucesos a los que tenemos que acudir. Aunque es cierto que se podría mejorar el comportamiento en tema de limpieza, los residuos de animales y la basura. Hoy en día gracias a las redes sociales y a las campañas del ayuntamiento esto está mejorando, pero aún queda bastante por concienciar al ciudadano en estas materias.
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