
Pedro Gómez-Murillo
Pedro Gómez-Murillo
Con la misma pasión que confiesa sentir por la flora y la fauna, Pedro Gómez-Murillo, nos cuenta su recorrido hasta haber llegado a editar la 'Guía de campo de los narcisos silvestres de Extremadura'. Natural de Quintana de la Serena, su amor por los animales y, en concreto, por las serpientes, le llevó a trasladarse a la localidad malagueña de Estepona. «Estuve como voluntario en centros de recuperación de animales y colaborando en varios lugares hasta que comencé a trabajar en el zoológico de Estepona como cuidador de serpientes».
Pero lo cierto es que detrás de esta labor, que ejerce a diario con afán, hay muchos años de viajes, fotografías, estudios e investigaciones acerca de un reptil al que intenta, entre otras muchas cosas, limpiar su imagen ante una sociedad, dice, llena de prejuicios. «Es un animal muy estigmatizado. Cuando las personas piensan en serpientes surgen en ellos sentimientos de miedo y rechazo que no son sino fruto de un profundo desconocimiento hacia ellas».
Esto lo argumenta añadiendo que los ofidios son fundamentales, no solo por constituir una importante fuente de alimento en la cadena, por ejemplo, si no por las propiedades medicinales que alberga. «Su biología es muy curiosa e interesante, pero no somos conscientes de lo importante que son para el planeta. Sin ellas no se podrían obtener ciertos antídotos y son esenciales en el estudio de enfermedades como el cáncer», explica Gómez-Murillo .
Herpetólogo, naturalista e investigador y amante de la fotografía, su fascinación conjugada con el interés por saber y explorar, le ha llevado a recorrer países como Costa Rica, Marruecos o Sudáfrica siguiendo el rastro de las serpientes. «He estado en lugares espectaculares fuera de las fronteras de este país que me han permitido tener un conocimiento más variado y profundo sobre estos reptiles».
Bolivia ha sido uno de los lugares donde este joven quintanense estuvo durante un año y dejó su huella. «Ese tiempo me permitió estudiar especies de las cuales no se tenía mucha información. Durante mi estancia conocí a investigadores con los que llevo trabajando cinco años y próximamente tenemos la intención de publicar varios artículos que resumen nuestros trabajos en el país sudamericano». Un país en el que, asegura, existen unas 170 especies de serpientes que le han aportado contenido más que suficiente a la hora de redactar los artículos que ya ha publicado y los otros tantos que tiene en el tintero.
Su interés por la fauna, no ha sido óbice para desarrollar una misma admiración por la flora, convirtiéndose también en parte fundamental de su vida hasta tal punto de llevarlo a dirigir y editar la 'Guía de campo de los narcisos silvestres en Extremadura'. «Hace unos años, cuando solo estaba centrado en reptiles y anfibios, un amigo botánico me dijo que saliera al campo con él y que mirara al suelo. Las plantas siempre están ahí, pero pocas veces le prestamos atención y desde ese momento cambié mi visión hacia ellas».
Cambió, y lo hizo de una forma tan impetuosa que ahora se ha convertido en todo un referente en narcisos tras recorrer campos y campos en busca de esta planta de la familia de las amarilidáceas. «Comencé fotografiándolas hasta querer estudiarlas todas. Es una planta muy atractiva y, además de la belleza de la flor, guarda unas propiedades dignas de estudio y de divulgación».
Una guía que nace con la intención de acercar esta planta a cualquier persona que quiera conocer más sobre ella y que, dirigidos por nuestro entrevistado, ha reunido a una decena de expertos multidisciplinares. «Además de su importancia biológica por la relación con los insectos y la polinización o su función ornamental de flores cortadas, tienen un interés medicinal al albergar propiedades medicinales dignas de estudio». Este hecho le ha llevado a colaborar con el Departamento de Biología, Sanidad y Medioambiente de la Universidad de Barcelona en un trabajo de investigación cuyos resultados publicados arrojan esperanza en el tratamiento del Alzheimer. «Es esencial que las personas, sin ser expertas en el tema, sean conscientes de que las plantas son mucho más que un elemento natural con una función biológica o una pieza de decoración. Son fuentes llenas de propiedades muy valiosas y fundamentales en la investigación de enfermedades».
Por ello, este joven herpetólogo insiste en la necesidad de conservar mejor el patrimonio natural. «Debemos conseguir que la sociedad sea consciente de que las plantas necesitan protección debido a sus propiedades medicinales. El alcaloide primordial de esta familia es la galantamina, uno de los cuatro paliativos para el Alzheimer, y se están buscando fuentes naturales de donde extraerlas». Ahora, explica que han encontrado cuatro especies que la tienen, constituyendo así una nueva fuente de extracción. «El hecho de que estén en el campo no supone un impedimento a la hora de recoger muestras o extractos para el ámbito de la medicina, es algo que se puede combinar y con pocos gramos se pueden hacer estudios muy interesantes sin poner en peligro las poblaciones silvestres».
Mejorar la percepción que la sociedad tiene hacia los ofidios y dar a conocer la importancia de las plantas en el tratamiento de enfermedades, son dos de los objetivos que persigue este aventurero que, estudió administración, pero un día decidió cambiar las cuentas por las serpientes y, tras el objetivo de una cámara de fotos, valorar hasta el último tallo que crece en la Tierra. Con la reciente publicación de la 'Guía de campo de los narcisos silvestres en Extremadura', unida a otra de la misma temática, pero centrada en Andalucía, Pedro Gómez-Murillo va dando forma a su carrera como investigador sumando cada vez más títulos y con la mirada siempre puesta en nuevos proyectos que le permitan seguir explorando la naturaleza en todas sus vertientes.
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