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El encuentro reunió a más de 250 encajeras de distintas localidades MARÍA FORTUNA
Más de 250 mujeres participaron en el I Encuentro de encajeras de Quintana

Más de 250 mujeres participaron en el I Encuentro de encajeras de Quintana

Llegaron desde una decena de pueblos extremeños atraídas por su afición a la laboriosa técnica del bolillo

Miércoles, 13 de noviembre 2019, 20:03

El pasado 26 de octubre la carpa municipal se llenó de encajeras de bolillos durante el primer encuentro celebrado en la localidad. Después de semanas de preparativos por parte de las organizadoras del acto, llegó el gran día con la presencia de más de 250 mujeres.

Llegaron de más de una decena de localidades extremeñas como Alburquerque, Hinojosa del Valle, Guareña, Badajoz, Mérida, Don Benito, Castuera o Zalamea entre otros. El acto comenzó pasadas las 9 de la mañana, cuando la zona se fue llenando de autobuses que desplazaron desde sus municipios a las participantes.

Tras sacar su almohadilla y sus enseres de costura se colocaron en las mesas en las que estaba indicando su pueblo. Una vez que se ubicaron sirvieron el desayuno, durante el cual las encajeras se fueron conociendo, para después comenzar a coser. Esta laboriosa técnica con siglos de antigüedad en la actualidad ha logrado reunir en torno a ella a cientos de mujeres en diferentes pueblos de nuestra región que la han recuperado con técnicas renovadas.

Las encajeras quintanenses promotoras del evento. MARÍA FORTUNA

Al frente del encuentro, un grupo de mujeres de Quintana que tras varios años yendo a clase, decidieron apostar por un evento así después de haber visitado muchos de los pueblos de alrededor. «Queríamos dejar patente que en nuestra localidad también se hace encaje de bolillos y que si lo hacen otros pueblos, por qué no íbamos a hacerlo nosotras también», declara Maxi Pozo, una de las principales promotoras del encuentro.

De generación en generación

A ella le enseñó Isabel García, otra quintanense también presente en el evento y a través de la cual fue surgiendo la afición al encaje de bolillos. «Con 11 años me lo enseñó una mujer de un Guardia Civil que estaban aquí de paso, y cuando se marcharon en 1958 yo dejé de practicarlo. Pasaron muchos años y en la década de los noventa María de la Cruz, otra mujer de Quintana que cose muy bien, empezó a enseñar puntilla, que es otra cosa diferente, y recordé mis nociones de encaje y al probar vi que no se me había olvidado», relata.

Hace unos cinco años Maxi quiso aprender e Isabel estaba dispuesta a enseñarla. Ahí comenzó esta vinculación alrededor del encaje que fue atrayendo poco a poco a cada vez más mujeres hasta llegar a las 15 que son en la actualidad. «Así comenzó nuestra historia y hoy hemos llenado la carpa. Estamos emocionadas y no esperábamos que fuera a venir tantas personas», apostilla.

Como dicen, todo trabajo tiene su recompensa, y el empeño de este grupo de mujeres quintanenses se hizo realidad aquel sábado. Desde primera hora de la mañana las participantes del resto de pueblos mostraron su agrado en el encuentro del que destacaron ante todo «la organización, el buen hacer y los pequeños detalles», declaró María Sayavera, presidenta de la asociación de encajeras de Hinojosa del Valle, fiel a este tipo de encuentros y que además pueden presumir de tener un encaje único y diferente al resto. «Es uno de los más antiguos que se conoce. Nuestras antepasadas lo aprendieron de una mujer en Sevilla que le enseñó una técnica diferente que hoy nos hace especiales. Todos son bonitos, pero el nuestro es único».

Como ella, muchas mujeres másreconocieron la calidad del evento y mostraron su intención de volver en caso de que se organizase una segunda edición, algo que desde aquí «ven posible».

Además, las encajeras estuvieron acompañadas por una decena de puestos de venta con elementos de costura que atrajeron a muchos vecinos que se acercaron a comprar.

Sobre las 11 se subieron al escenario los miembros de la coral de Quintana que interpretaron 'Bésame mucho', 'Camino verde' y 'Muñequita linda'. Actuación muy aplaudida por las asistentes que llenó de música el lugar. También durante la mañana hubo sorteos con productos cedidos por establecimientos locales. Estos precedieron al almuerzo que constó de paella, y ya por último, tras el café con dulces, todas las participantes subieron de nuevo al autobús para regresar a sus pueblos, eso sí, con la buena sensación de querer volver.

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