La Virgen del Carmen vuelve al Camino de Zalamea treinta años después

Cerca de 500 personas se dieron cita el pasado 16 de julio en la procesión de la Virgen del Carmen. Tras más de treinta años la imagen volvía al Camino de Zalamea en un emotivo recorrido que acogió a jóvenes y mayores.

Tras la insistencia por parte de los vecinos de la calle comenzamos a organizar la procesión, sin saber muy bien la respuesta que iba a tener. Todos ellos tenían mucha ilusión en volver a ver pasar a la virgen por delante de sus casas, informó el párroco de la localidad Antonio Nogales. Fueron los propios vecinos los encargados de recoger donativos en la calle para los gastos florales y adornos. Colaboraron sin excepción, y tras pagar todo aún sobraron 100 euros que donaron para los gastos de la parroquia.

Tras semanas de preparativos y mucho empeño por parte de los vecinos y la parroquia Nuestra Señora de los Milagros, el deseo se hizo realidad y la imagen salió del templo para volver a sus raíces. Antiguamente Teodoro Martín Robledo y María García Izquierdo, eran los encargados de promover cada año la procesión en colaboración con el resto de la calle. Una vez, que ambos vecinos fallecieron, la tradición quedó en el olvido pese a la nostalgia que suscitaba esta fecha entre sus fieles. María García era la presidenta de la sede de la orden de las Carmelitas en Quintana, y junto a Teodoro, familiar políticos, movidos por la fe, organizaban cada año la procesión, explica Carmen Martín, vecina de la calle.

La imagen, comentan, que data de los años cuarenta aproximadamente, aunque no se conoce la fecha exacta de su origen. En sus inicios la novena de la Virgen comenzaba el día 16 de julio, y era el 25 cuando se sacaba en procesión, coincidiendo con el día del Apóstol Santiago, que por entonces era fiesta nacional, relata el párroco quintanense.

Este año, la novena se realizó los días anteriores al 16 de julio, día de la Virgen del Carmen.

La procesión tuvo una gran carga emocional por los recuerdos que a muchos vecinos les evocaba ver la imagen en su calle. Además hubo varios momentos muy conmovedores durante el recorrido. Paramos en la puerta de tres vecinas que acababan de fallecer y eran muy devotas de la virgen, y también delante de varios enfermos impedidos que no podían realizar la procesión.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando una reciente madre presentó a su hijo de menos de una semana de vida a la virgen ante la enternecedora mirada de los presentes. El recorrido se extendió desde la puerta de la parroquia hasta el final del Camino de Zalamea. Tras llegar al término de la calle, cuando nos dispusimos a bajar las vecinas habían preparado a mitad del camino de regreso una mesa, donde la virgen descansó y hubo dulces y refrescos para todos, explicó Nogales.

En vista de la acogida y el recibimiento que tuvo la virgen en su calle, desde la parroquia tienen intención de volver a instaurar esta tradición cada julio en honor a aquellas personas que en su día impulsaron la procesión.

La actividad en la parroquia ha incrementado notablemente desde que Antonio Nogales llegó como párroco. Por ello, y tras el éxito y la devoción en la Virgen del Carmen ya hay nuevos proyectos preparados para el mes de agosto. Al coincidir con la Virgen de los Milagros, patrona de Quintana, queremos celebrar la misa extremeña del 20 de agosto en la plaza de España. En este momento estamos en coordinación con el ayuntamiento para ver cómo se puede realizar. Tras ella habría una procesión por la calle que lleva su nombre, concluye Nogales.