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La misa en honor a la Virgen de los Milagros sale por primera vez a la calle

Nunca antes en la historia de la localidad la eucaristía se había celebrado en la Plaza de España

maría fortuna

Sábado, 2 de septiembre 2017, 17:12

Con la llegada de la segunda quincena de agosto, la localidad de Quintana presenta un ambiente diferente. Como cada año, celebra su tradicional festividad en honor a Nuestra Señora de los Milagros desde el pasado 19 de agosto y se prolongó hasta el 24 de agosto.

Desde la segunda quincena de agosto la localidad ya notó la llegada de todos los visitantes y el silencio de meses anteriores se trasformó en algarabía. Las terrazas están llenas y las calles repletas de niños y adultos.

Esta festividad ha pasado por numerosas etapas hasta lo que conocemos hoy en día como la feria moderna. En la década de los cincuenta se caracterizaba principalmente por el rodeo que tenía lugar en la zona de la Laguna. Por entonces, numeroso ganado de todo tipo llegaba hasta el municipio para la compra y venta de animales que congregaba a personas de los diversos puntos de la comarca, donde destacaba una gran presencia de público de etnia gitana.

Durante casi 30 años era tradición llevar la Virgen de los Milagros al rodeo para que bendijera a los animales, y tras esto, se celebraba una misa en su honor, algo que ha perdurado hasta nuestros días.

Este año, precisamente, por primera vez en la historia del pueblo, la misa que cada año se celebra el 20 de agosto, se ha realizado en la plaza de España, para que todos los quintanenses que lo desearan pudiera asistir a la eucaristía sin problema de espacio. Durante los tres días anteriores, el 17, 18 y 19 de agosto, el párroco de la localidad Antonio Nogales, celebró el Sagrado Triduo en honor a la patrona. El primer día fue dedicado a los enfermos, el segundo a las familias y el tercero a los niños.

Finalmente el gran día llegó y la plaza se aborrotó de personas que no quisieron perderse este acontecimiento en primicia. Tras finalizar la misa, tuvo lugar una procesión que recorrió las calles de la Cacería, la Plazuela de la Concepción, Olivillos, Francisco Pizarro, Nuestra Señora de los Milagors, la Costanilla y la Plaza de España.

Otro de los puntos destacados de las fiestas de agosto era el famoso libro, donde colaboradores y comerciantes participaban, bien anunciando sus negocios o publicando pequeños escritos sobre cualquier tema popular que atañese a la localidad. En él además se presentaba la programación para los días festivos. Medio siglo después esa tradición sigue viva y aún son muchos los que esperan impaciente la publicación de este ejemplar anual.

Algo que también ha permanecido intacto han sido las numerosas actividades deportivas que siempre han venido acompañadas de la feria.

Regreso a los orígenes

Uno de los elementos más característicos de esta fecha, sin duda, es la llegada de las miles de personas procedentes de Cataluña y País Vasco.

Ya en los años 60 y 70 eran más de treinta autobuses los que se desplazaban hasta aquí transportando a todos estos emigrantes que por unos días querían volver a sus orígenes. En la actualidad ocurre lo mismo, la población se duplica y cientos de familias se rencuentranpara vivir la feria. Por entonces, eran las primeras generaciones, hoy en día, son los hijos y sobre todo nietos de los que se fueron en aquellos años de éxodo, pero que siguen manteniendo muy viva esa estrecha relación con su pueblo.

Con el transcurso de las décadas, la evolución de la sociedad y la llegada de la democracia, la celebración de la feria fue experimentando un cambio que nos ha conducido hasta hoy en día.

El ganado se ha cambiado por el concurso con vaquillas, las casetas por las terrazas de los bares y las actuaciones de verbena por multitudinarios conciertos de djs que congregan a todos los jóvenes.

En las décadas de los 80 y 90 el real de la feria cambió de lugar por la estrechez que planteaba la plaza de España y se llevó a la zona de La Ermita. La caseta municipal se ubicó en el recito del colegio, pues este territorio era más espacioso para atracciones, tómbolas y puestos de patatas, gambas y turrones.

En general, el contenido de las fiestas fue variando.En este punto destaca una obra faraónica que un grupo de hermanos construyó para el disfrute de los quintanenses. Marcó un antes y un después en el municipio.

En aquellos años sorprendió el recinto de extensiones desmedidas, con el arte y la literatura como decoración permanente, la variedad de espacios y la gran cantidad de camareros que vinieron de Madrid para dar estreno a este complejo que por sí solo era espectacular.

Se llamaba Xanadú y durante esos años revolucionó de forma positiva el municipio.Pinturas, esculturas, música, literatura, flamenco, restaurante, bar, discoteca, terraza, actuaciones y una grandiosa entrada al recinto que recordaba a los palacios de los emperadores romanos.

Todo bajo la influencia de un grupo de jóvenes estudiantes que llegaron desde la Universidad Complutense de Madrid en la que estudiaban disciplinas como Ciencias de la Información, Ciencias de la Imagen, Astronomía y Astrología, Cinematografía o Ciencias Políticas. Todos ellos tuvieron una gran influencia en la juventud de aquellos años.

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