maría fortuna
Lunes, 30 de octubre 2017, 13:08
El yacimiento arqueológico de Hijovejo recibió el pasado 22 de octubre una visita muy especial. Desde Mérida llegaron hasta el lugar un total de diecisiete personas de la asociación cultural Emérita Anticua. Entre ellos se encontraban hombres, mujeres y niños de corta edad en su intención por conocer los entresijos de una de las joyas arqueológicas de la localidad.
Allí les estuvo esperando Manuel León, director del Museo del Granito y del Centro de Interpretación quintanense para explicarles todo lo relativo a esta fortificación romana que data del siglo I a.C, aportando datos históricos y el desarrollo del descubrimiento. Avisaron un par de semanas antes de su visita, y ha sido un verdadero placer compartir una mañana con personas tan fascinadas por conocer la huellas que lo romanos dejaron en diferentes puntos de Extremadura, declara León.
El grupo llegó a las 10.30 horas ataviados con vestidos y túnicas romanas, acordes a la época, hecho que desde el principio dejó entrever el gran interés que residía en este grupo recreacionista de aficionados a la historia. Tras finalizar la visita por las ruinas romanas, descansaron a la sombra de los almendros en las mesas de merienda que hay frente al yacimiento.
Allí degustaron manjares que ellos mismos habían traído, y entre los cuales, curiosamente, estaban ausente la patata y el pimiento de manera deliberada. Querían asemejar la comida a la que existía por aquella época y evitar alimentos que fueron traídos tras la conquista de América, explica. Cuando concluyó el alumuerzo, realizaron, ya de manera más tranquila, otra pequeña expedición por el lugar, mostrándose encantados con la maravilla arqueológica de la que gozaba la localidad.
Recinto fortificado
Hijovejo es un recinto fortificado romano de función claramente militar relacionado con los avatares bélicos de la etapa republicana en Extremadura. Ocupa un lugar principal en el entramado de recintos torre de la comarca de La Serena, siendo el mejor conservado de ellos, el de mayores dimensiones y el que presenta mayor complejidad en su organización.
Se levanta sobre un canchal de granito formado por cuatro grandes bolos que le sirven de base.
El descubrimiento del yacimiento y su valoración como enclave arqueológico se debe a Juan Casco Arias, médico de Quintana y aficionado a la Arqueología, que dio la noticia del mismo en 1961.
A pesar de la importancia del descubrimiento, Hijovejo pasó inadvertido en la bibliografía arqueológica, hasta que en 1985 se realizó la Carta Aqueológica de la zona central de La Serena por parte de Pablo Ortíz Romero.
Tras esto, se hicieron prospecciones que confirmaron la existencia de un conjunto homogéneo de pequeñas fortificaciones, estimando que esta fortificación presentaba las mejores condiciones para la intervención arqueológica.
Se han realizado hasta la fecha cinco campañas de excavación en el lugar, dirigidas por Ortíz Romero. Sus posibilidades han llevado a que se planteara su restauración y su divulgación con un convenio de colaboración entre CEDER-La Serena y la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, y la participación del Ayuntamiento de Quintana y la mancomunidad de muncipios La Serena.
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