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Francisco Javier con el maillot de su equipo cadete

Francisco Javier Barquero, constancia y esfuerzo en la bicicleta y en las aulas

Es el primer quintanense en obtener una beca en el Centro de Tecnificación Deportiva de Cáceres

maría fortuna

Martes, 31 de octubre 2017, 12:08

Con tan solo 15 años puede presumir de ser el primer quintanense en haber obtenido una plaza en la residencia del Centro de Tecnificación Deportiva de Cáceres. Una beca reservada solo para los mejores estudiantes y deportistas de la comunidad autónoma, entre las que se encuentra él. Su nombre es Francisco Javier Barquero García y tras cumplir casi dos meses de estancia allí, cuenta a HOY Quintana su experiencia tras este hecho que él mismo define como «un regalo».

Desde pequeño está involucrado en la actividad deportiva de la localidad, jugando en las categorías inferiores del CD Quintana, pero fue hace cinco años cuando comenzó su andadura en el mundo del ciclismo. «Siempre me ha gustado la bici, pero una mañana, decidí entrenar con la Escuela de Quintana para comprobar mi resistencia y salir con otros compañeros».

Desde aquel instante, confiesa, la bici comenzó a formar parte de su vida, más allá de un simple hobby. «Al poco tiempo comencé a formar parte de ellos, y sin darme cuenta iba acumulando podios, hecho que me impulsó a centrarme en este deporte y dejar el fútbol».

Forma parte del equipo cadete de la Escuela, el Proingo Quima Team, el cual acumula importantes victorias y logros que llevan su nombre. «Es cierto que he ganado carreras y he conseguido podios en estos años, pero no hubiera sido posible sin el apoyo y el trabajo de todos mis compañeros, a los cuales agradezco mucho su ayuda», explica.

Con un desparpajo verbal impropio para su edad, también puede alardear de mantener un expediente académico brillante. «Desde pequeño sus calificaciones no bajan del sobresaliente, es constante, trabajador y entregado, y esas cualidades le han permitido conseguir esa plaza en el centro de alto rendimiento», comenta Inés García, una orgullosa madre que no esconde la admiración por su hijo. A parte de todo eso, aún le queda tiempo para sus aficiones entre las que destaca la lectura. Me encanta leer desde pequeño, y considero que es fundamental para el desarrollo de las personas, además que se aprende muchísimo en los libros, explica Francisco Javier.

El pasado 22 de septiembre ingresó en el centro, y su vida cambió por completo en cuestión de días. «Me dio pena dejar aquí a mi familia y a mis amigos, allí es todo nuevo, pero soy consciente que es una experiencia única y tengo que aprovecharla al máximo», relata emocionado.

El horario en su día a día ha cambiado sustancialmente y ahora le faltan horas para hacer todo lo que tiene previsto. «Nos levantamos sobre las siete y media y entramos en el instituto hasta las dos y media. Cuando llegamos, comemos, y a las cuatro ya comenzamos a entrenar hasta las seis y media que comienza el tiempo de estudio hasta las nueve de la noche donde se incluyen también las tutorías». Hay días, explica, que si tienen una prueba cercana, entrenan un rato antes de ir a clase. Sin duda, un reto reservado para los mejores, donde este joven quintanense se ha abierto un hueco.

«Allí hay chicos y chicas de todas las edades, incluso estando ya en la universidad, practicando diferentes deportes». El que más impera, aclara, es la natación, aunque también hay de *** y cuatro de ciclismo, entre los que se encuentra él. Hay varias maneras de acceder a esta Escuela, tanto de manera individual como federativo, siendo ésta la última la vía de acceso de Francisco Javier.

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