Las obras de restauración de la Iglesia que se llevaron a cabo desde febrero hasta junio, descubrieron una habitación ubicada en la parte inferior de la torre.
En su hallazgo comprobaron que estaba olvidada en el tiempo y llena de escombros. «Decidimos, ya que habíamos empezado las obras en la torre, también acometer este espacio para darle un uso», declara el párroco de la localidad, Antonio Nogales.
Tras concluir la primera fase, el habitáculo ya está preparado «además se ha activado y reconstruido el pararrayos que estaba en mal estado».
Durante esta semana, los operarios están trabajando en la reconstrucción del tejado para dejarlo todo a punto cuanto antes. «Se prevé que a principios de octubre ya terminen las actuaciones. Por ahora queda pintarla y cambiarle la puerta de acceso a la parroquia que también estaba muy desgastada por el paso del tiempo».
Y es que recordemos que dicho espacio está conectado interiormente con la Iglesia, «por lo que nos será muy útil para almacenamiento o cualquier otro uso similar», concluye.
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