

Desde que Quintana de la Serena se cerrara perimetralmente el pasado 9 de enero, varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local controlan las salidas y entradas.
Diez días después del cierre, los agentes locales destacan el buen comportamiento de los vecinos de Quintana. «Todas las personas que querían salir de la localidad llevaban su justificación. Nos hemos encontrado apenas un caso o dos en el que se haya tenido que proponer para sanción a algún vecino».
Asimismo, explican que tras el cierre de todos las localidades, les han indicado desde la Jefatura que el control y la vigilancia se debe intensificar ahora a partir de ahora dentro del pueblo. «Paramos de manera aleatoria. Sobre todo nos fijamos en los coches que no nos suenan que sean de aquí y les pedimos que se identifiquen.
De esta manera podemos comprobar si alguien ha venido de otras localidades incumpliendo la normativa».
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