El Sí quiero tendrá que esperar
Varias parejas quintanenses han tenido que aplazar sus bodas por el Covid 19 y, pese a tener nuevas fechas, siguen con incertidumbre. Hoy conocemos el testimonio de dos de ellas.
Es uno de los momentos más felices en la vida de las personas al sellar su amor ante familiares y amigos. Con meses de preparación, hay que tenerlo todo a punto para el gran día. Pero ¿qué sería de una boda sin nadie a quién abrazar, bailar o con quién emocionarse? Esa es la pregunta que se hacen más de 17.000 parejas en toda España que se han visto obligados a posponer el Sí quiero por la crisis del coronavirus.
Una situación que también ha cogido desprevenidos a varias parejas de Quintana que han tenido que actuar con rapidez para buscar alternativas. «Nos resistíamos a posponerla porque llevamos mucho tiempo juntos y por fin, habíamos decidido casarnos este año. Al principio, lo pasamos muy mal, era un día muy esperado, con mucho tiempo de dedicación e ilusión puesta. A pesar de haber decidido una nueva fecha, lo cual es muy difícil por tener que hacer coincidir a restaurante, fotógrafo etc nos seguía quedando una esperanza de aguantar», declaran María Eugenia Barquero y José Carlos Murillo.
Las semanas iban pasando y la situación, lejos de mejorar, empeoraba. Finalmente llegó el 25 de abril y no pudieron celebrarlo. «Teníamos sentimientos de rabia y desilusión, e incluso nos sentíamos culpables por pensar de esa manera con lo que estaba ocurriendo. Pero después pensamos que lo más valioso que tenemos es la vida y la salud, además soy personal sanitario y vives de cerca la dureza de la crisis», declara Barquero.
De primavera a otoño
Un cambio de fecha que conlleva coordinar los distintos servicios de nuevo. «En el restaurante nos pusieron todas las opciones posibles y muy buen trato». Pero incluso con una nueva fecha en otoño, la incertidumbre sobre si será o cómo será la celebración sigue presente. «La cambiamos a noviembre, pero tenemos muchas dudas de si podrá ser en ese mes o tendremos que volver posponerla a 2021. Es una boda con bastantes invitados, y aunque imaginamos que se podrán celebrar, quizás no de la forma que nosotros imaginamos y queremos Es un día de alegría, de dar abrazos y besos y queremos que todos los que nos acompañen puedan estar tranquilas y disfrutar. Si no se puede ya veríamos como lo adaptamos».
En este caso, su boda pasa de primavera a otoño, por lo que los cambios en la organización se prevén evidentes. «Lo teníamos todo enfocado a abril, tanto la decoración, como los trajes. Modificaremos los detalles que sean necesarios y también en los trajes. Respecto a los invitados, sabemos que pese al cambio harán todo lo posible por estar con nosotros».
Esta situación de excepcionalidad también ha hecho que parejas como esta saquen una lectura positiva pese a las adversidades. «Lo hemos pasado mal pero lo importante es que estamos juntos y que se celebrará como queremos el día que se pueda. El 25 de abril, que era cuando nos casábamos, amigos y familiares nos hicieron pasar un día muy especial, con muchas sorpresas a distancia y mensajes de cariño que recordaremos siempre. Esta situación, nos vuelve a confirmar que hay que vivir día a día porque la vida es imprevisible. Esto será una historia que contarle a nuestros hijos en un futuro».
Otra pareja que se ha visto en la misma situación es la formada por Consoli Sánchez y Manuel Palacios. En su caso tenían la fecha inicial el 13 de junio y la han cambiado al 1 de agosto. «No fue una decisión fácil. Consultábamos a nuestros padres continuamente sin saber qué hacer. Nos preguntaban nuestros amigos y tampoco sabíamos qué contestar».
La duda es el sentimiento más común y que también invadió a esta pareja a la hora de decidirse pero, tras ser conscientes de la situación cambiaron su manera de pensar. «Somos los dos sanitarios y estamos en primera línea de batalla, por eso comenzamos a ver las cosas de manera positiva pensando en que nuestros familiares y entorno cercano estaban bien».
Fechas sin certeza
Aún así, tal y como está la situación y cómo se prevé la desescalada, los cambios de fecha no dan certeza a ninguna pareja de que se vayan a poder celebrar este año. «Tenemos una incertidumbre continua, nos ronda la idea de la 'no boda en 2020'. Aunque está todo mejorando, continúan las medidas de seguridad y no entra en nuestras cabezas la posibilidad de celebrar una boda así».
Con todos los preparativos realizados, solo queda ver cómo evoluciona la situación y si finalmente podrán dar el 'Sí quiero' cuándo y cómo ellos desean. «Teníamos los preparativos bajo control y el Covid ha deshecho nuestros planes. Hemos sentido tristeza al ver cómo se desplomaba nuestro sueño».
A pesar de los contratiempos, en momentos así es imprescindible no perder el ánimo. «Estamos en un punto en el que incluso bromeamos entre nosotros diciendo que es una señal para no casarnos o sobre las muchas fechas de aniversarios de boda que vamos a tener. Junio seguirá siendo nuestro mes especial y, aunque no haya boda, vamos a estrenar nuestra casa. Realmente no sabemos cuándo será la fecha definitiva, pero advertimos a nuestros invitados que no hemos perdido la ilusión del primer día».
Estas dos parejas quintanenses, junto con otras miles, pasarán a la historia como aquellas que tuvieron que posponer el Sí quiero en 2020. Un hecho que sin duda quedará como algo anecdótico y habrá que tomar con paciencia y buen humor, porque ese día llegará y lo disfrutarán el doble.
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