

La localidad celebra mañana el famoso 'Jueves de Compadre', la única festividad local que se ha mantenido durante siglos y que hoy aún en día sigue muy presente en la sociedad quintanense.
Con una tradición ancestral que se remonta según diversas fuentes a la época celta, la esencia de esta fiesta ha cambiado con el paso de los años, pues aunque aún existe la figura del 'padrino', la evolución se aprecia en la finalidad de este: antes servía como excusa para iniciar un noviazgo entre los jóvenes de la localidad (los mozos echaban paja en la puerta de las mozas y, cuando salían a barrerla, tratataban de entablar conversación).
Por el contrario, ahora el propósito es pasar un día de campo con familiares y amigos. Sí es cierto que la principal transformación que ha experimentado la fiesta ha sido el lugar de celebración.
Antes era costumbre ir bajo una encina, al aire libre, pero en la actualidad los vecinos pasan el día en casas de campos particulares.
La figura del padrino sigue teniendo una especial presencia para los más pequeños de la casa, al regalarle siempre el tradicional rosquete de pan con huevos cocidos el día previo a la celebración.
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