Las quintanenses Fátima y Aicha narran sus testimonios de migración en la muestra 'Collage La Serena'

Conocer las historias de aquellas personas que migraron, que dejaron su tierra y sus orígenes atrás y se embarcaron en un viaje en busca de un futuro. Ese el objetivo de la exposición 'Collage La Serena' , la cual se puede visitar en el Museo del Granito de la localidad hasta el próximo 15 de marzo.

La muestra, puesta en marcha por Diputación de Badajoz a través de la Asociación de desarrollo 'Rurex', está formada por paneles en los que aparecen nueve personas que protagonizarn nueve historias diferentes. Historias de personas procedentes de otros países que viven y conviven en distintos pueblos de la comarca de la Serena. Algunos más de tres décadas y otros apenas tres años, con el denominador común del coraje de dejarlo todo atrás para empezar de cero en un territorio completamente desconocido.

Dos de los testimonios corresponden a Fátima y Aicha, dos mujeres fuertes y luchadoras que llegaron hasta Quintana para comenzar una nueva vida. Fátima relata la dureza de su juventud cuando tuvo que dejar Marruecos, donde estudiaba en la Universidad de Casa Blanca, tras el repentino fallecimiento de su madre. Aquí formó una familia y lo que más le satisface, afirma, son sus hijas, de las que se siente muy orgullosa por haber finalizado sus carreras universitarias. Tras una vida llena de dificultades ahora afirma vivir tranquila en este municipio que la recibió hace casi tres décadas.

Aicha también llegó de Casa Blanca persiguiendo una mejora en su calidad de vida. Aquí ya residía su hermana y fue aquí donde conoció a su marido y formó una familia. Viuda en la actualidad, ha sabido lidiar y superar los reveses que se le han presentado con humildad y tesón. En la actualidad se siente rodeada de amigos y vecinos junto a su familia con los que vive tranquila en Quintana.

Además de ellas, la exposición recoge las historias de otras siete personas que llegaron de lugares como Angola, Guatemala, Perú o Argentina y ahora viven en Zalamea o Castuera, dos poblaciones vecinas de la comarca de la Serena en las que también confiesan haber encontrado su hogar.