

Hoy no es un domingo cualquiera sino que, como establece el calendario cristiano, hoy es Domingo de Ramos. Y precisamente decimos «como establece el calendario cristiano», porque en las calles no hay rastro de lo que suele representar a uno de los días más importantes para los fieles de todo el país.
Hoy se revive la jubilosa entrada de Jesús en Jerusalén con su borriquita mientras era agasajado con flores por todos los aldeanos. Precisamente esa la imagen que recrean en los pasos de muchas hermandades y cofradías de distintas regiones.
Sobre las 11, veíamos abrirse las puertas de la Iglesia, abarrotada de personas, la llegada de banda de música de la Real Cofradía Hermanos de Jesús Nazareno y cientos de niños con sus túnicas blancas precedidos por el párroco de la localidad, Antonio Nogales. Junto a ellos multitud de vecinos portando sus ramas de olivos caminan junto a ellos durante la procesión. Ramas que después, según la tradición cristiana, utilizan para bendecir con agua bendita los hogares y asi dar comienzo a la Semana de Pasión.
Así es como se lleva celebrando toda la vida, y decimos toda la vida, porque nunca antes en nuestro país había sucedido algo similar. «Exceptuando los años de la Guerra Civil, el culto en la semana de Pasión siempre se había celebrado», declara Nogales.
Pero este 5 de abril de 2020 pasará a la historia como un Domingo de Ramos excepcional, dentro de la situación de excepción que ya vivimos. Hoy las calles continúan vacías, no hay procesiones, ni la algarabía propia de Semana Santa.
Se han pospuesto los reencuentros y los abrazos de bienvenida a aquellos que llegan al pueblo en estas fechas, se mandan a través de video llamadas. Porque hoy es un día más de lucha contra el virus y que nos hace permanecer a todos en nuestros hogares y aferrarnos hoy más que nunca a la resignación y la esperanza.
Pero ninguna circunstancia excepcional le gana la batalla a la originalidad y la creación de recursos alternativos, puesto que son cualidades que se acentúa más en tiempos de crisis. Y así lo han demostrado en nuestra localidad. «Desde la catequesis se acordó que o bien a través de whatsapp o entre vecinos divulgaran se hiciera saber que aquellos quintanenses que quisieran podían decorar sus balcones y sus ventanas con ramas de olivo o palmeras, simbolizando este Domingo de Ramos», explica.
La acogida ha sido enorme y muchas casas y bloques de pisos del municipio desde bien temprano colocaban sus ramas. En algunos lugares, han sido mujeres, en un acto de bondad, las que han dejado ramas de sus olivos a los vecinos y así decorar las calles de esta manera tan original.
Además, los miembros de la cofradía Hermanos de Jesús Nazareno, también han querido poner su granito de arena y a las 12 han salido a sus puertas y balcones para intrepetar las marchas que tocan cada año este día con sus tambores y cornetas.
El objetivo, según declara el párroco quintanense, «recordar que el Domingo de Ramos se puede celebrar de una manera diferente pero con el mismo significado en aquellos hogares que lo deseen, porque si algo nos está enseñando esta crisis sanitaria es que querer, es poder y que tenemos que tener fe».
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