

La torre campanario de la Parroquia de Nuestra Señora de los Milagros se encuentra en obras por restauración. Así lo hizo saber a principios de esta semana el párroco de la localidad, Antonio Nogales.
Dicha obra se inició después de haber obtenido los preceptivos permisos de Patrimonio, licencia de Obras y trasladarse los nidos de cigüeña existentes en la torre siguiendo las indicaciones de la Dirección General de Medio Ambiente.
Pero aunque comenzaron a principios de marzo, el 24 de ese mes tuvieron que parar debido a la crisis sanitaria. «´Teníamos pensado anunciar a los feligreses sobre las obras durante la Semana Santa, pero como no se celebró, he querido hacer un comunicado para que todos los vecinos sepan sobre las labres de restauración«, indica Nogales.
Tras el parón, las actuaciones se retomaron el pasado 4 de mayo. Estas están orientadas a la restauración de la torre-campanario, considerado como uno de los elementos más representativos del patrimonio local de nuestra localidad, debido a que presentaba un importante estado de deterioro.
«El conjunto de patologías detectadas tienen su origen principalmente en la falta de mantenimiento, situación generalizada en las torres dada la dificultad que supone la disposición de medios adecuados para realizar los trabajos en altura», declara Inocencia García, arquitecta y directora de obras.
La torre, que data de los años cuarenta, apenas ha tenido labores de mantenimiento durante este tiempo, lo que explicaría su evidente desgaste.
Y por otro lado, explica que dicha dificultad también reside en los daños que provocan los nidos de aves, «en especial las cigüeñas, sobre las fábricas de los campanarios, ya que suponen una carga no controlada sobre la estructura del edificio y cuyos restos orgánicos, principalmente excrementos, son un elemento agresivo sobre materiales y fábricas antiguas».
Avanzado estado de deterioro
Por todo ello, hace hincapié en el avanzado estado de deterioro en el que está. «Llama la atención por la gravedad de cómo se encuentra el chapitel, es decir, la parte más elevada de la torre. Este presenta importantes daños no sólo en su revestimiento cerámico, que está separado del soporte, suelto y en gran parte perdido, sino también en su estructura».
Las cornisas y elementos ornamentales, continúa, también presentan patologías importantes, «existiendo varios elementos como las bolas de remate ornamentales, con el anclaje perdido o con importantes fracturas, lo cual supone un importante riesgo de caída».
Hasta el momento se han centrado sobre todo en las labores de limpieza del trasdós de la bóveda de la Iglesia, y en la colocación de elementos de cerrajería en los huecos de ventilación del bajo cubierta para que no entren las aves.
También se han limpiado ya las cubiertas de sacristía y de la capilla y de forma manual, mediante cepillado, los contrafuertes de la Iglesia y cornisas de la torre, retirando de ambos lugares suciedad, detritos, vegetación. Así como la limpieza del interior de la torre con la retirada de excrementos, palomina y demás material orgánico y la reposición de revestimientos en interior de la torre.
Tras finalizar los trabajos de limpieza, se montó el andamio y se ha comenzado con la restauración del chapitel, la consolidación y refuerzo de las fábricas interior y exteriormente y la reposición de la azulejería. «Se llevará a cabo la consolidación, reposición y sustitución de elementos ornamentales y la sustitución de anclajes antiguos por anclajes de fibra de vidrio. La restauración de fábricas de ladrillo de tejar mediante retacado y rejuntado puntual y reparación y rejuntado de grietas».
Además de la reposición de vierteaguas en huecos y revestimiento en cornisas, la restauración de soporte de campanas, y la colocación de elementos de cerrajería en los huecos de la torre «para que no entren aves», apunta.
Financiación
Respecto a la inversión del proyecto, declaran que las obras tienen un coste aproximado de 45.000 euros. Han sido financiadas a través de un convenio entre la Diputación de Badajoz y el Arzobispado de Mérida-Badajoz, «correspondiendo el 50% de los gastos de la intervención a la Parroquia y el otro 50% a la Diputación, por lo que la parroquia pagará la mitad de los gastos«, informa Nogales.
Los trabajos tendrán una duración aproximada de dos meses.
La empresa adjudicataria encargada de la ejecución de los trabajos es RESGAL, Restauraciones García Álvarez S.L. «Es una empresa radicada en Mérida con más de 50 años de experiencia en intervenciones en el Patrimonio Histórico extremeño. En Quintana se pidieron seis presupuestos a empresas locales, pero ninguna presentó oferta», explican.
En cuanto a la redacción del proyecto ha estado a cargo de Inocencia García Hidalgo, arquitecta especializada en patrimonio histórico. Por su parte, el arquitecto técnico, Juan Antonio Lospitao Sánchez Porro está al frente de la dirección en materia de Seguridad y Salud y la supervisión por parte del Arzobispado, corresponde al también arquitecto, Juan Jesús Vera Carrasco.
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