

Las obras de restauración de la torre de la iglesia ya se dan por finalizadas después de casi tres meses, con el parón por la crisis sanitaria incluido.
Dicha torre data de los años 40, y desde entonces no se habían hecho labores de mantenimiento por lo que, según explicó la arquitecta y directora de obras, Inocencia García, su estado presentaba un gran deterioro por el paso de los años.
Los trabajos acometidos se han centrado en la restauración del capitel, la reposición los azulejos, la reparación de las cornisas y la sustitución de las cuatro bolas de cemento por otras de granito, entre otros.
Las últimas labores que han llevado a cabo han sido la limpieza de la bóveda de la parroquia y el cerramiento metálico de todos sus huecos para que no entren pájaros. «Además la campana que estaba en el chapitel se ha bajado a un hueco que estaba vacío y ahora se pueden ver las cuatro», añade el párroco de la localidad, Antonio Nogales.
En estos momentos se encuentran retirando la zona inferior del andamio y descubriendo una habitación que estaba tapiada hasta el momento. «En uno de los laterales de la iglesia había un espacio que apareció lleno de escombros, sin ninguna función aparente y donde se situaba el pararrayos. Esta semana estamos pendientes de hacer una cata de 10 o 15 centímetros para ver si esa habitación se puede techar y acondicionar para darle utilidad ya que también tiene acceso desde el interior del templo, ahora tapiado», explica Nogales.
Con las labores de restauración de la torre finalizadas, solo queda pintar los exteriores de la iglesia para que luzca un aspecto completamente renovado.
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