La Velada es una de las festividades más importantes de la localidad. Esta se celebra en honor al Cristo de la Misericordia, a pesar de que el imaginario colectivo de Quintana relacione esta fiesta con la Virgen del Carmen por la coincidencia de fechas puesto que hoy, 16 de julio, es el día de ambos.
En el caso del Cristo, es por la aparición de un crucificado en la famosa Batalla de las Navas Tolosa de 1212 en plena Reconquista, puesto que lo habitual es que el Día de la Cruz se celebre el 14 de septiembre.
Entonces, el Triduo en su honor se estableció los días 14, 15 y 16 de julio y la Novena de la Virgen se postergó del 17 al 25, aprovechando el último día, Día de Santiago Apóstol, que fue fiesta nacional hasta mediados de los noventa, para sacar a la imagen en procesión en el Camino de Zalamea, calle de la que es patrona.
Una tradición que se recuperó en 2017, con una gran acogida popular, y que este 2021 debido a la pandemia ha tenido que suspenderse por segunda vez. «Cuando dejó de ser fiesta nacional, la Novena de la Virgen pasó a ser del 7 al 15 de julio, coincidiendo con el Triduo y la procesión se comenzó a realizar el día 16», explica el párroco de la localidad, Antonio Nogales.
Novena que este año también se ha celebrado junto al Triduo. Para ello, ambas imágenes han estado expuestas en la parroquia, la Virgen en el altar y el Cristo en su capilla, hasta la celebración hoy de la misa a las 21.00 horas.
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Restauración del Cristo
Coincidiendo con estas fechas, el pasado miércoles se presentó la imagen del Cristo de la Misericordia después de haberse sometido a unos trabajos de limpieza y restauración. Estos han estado a cargo del restaurador vallejo, Juan José Minaya, autor de la gran parte de labores de recuperación de las imágenes de la Parroquia.
Dichos trabajos se han centrado en la reposición de las espinas de la corona, que se habían perdido en su mayoría. «Se han realizado siguiendo los volúmenes y formas de las originales». En el paño de pureza se han repuesto los detalles de las cenefas originales con oro fino. «También se han ajustado las dimensiones del anclaje de la corona, que estaba deteriorado y se ha procedido a su restauración».
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Asimismo, se han eliminado unas manchas que tenía en el costado y el pelo, que había perdido la policromía y había acumulado mucho polvo en las zonas inaccesibles, se ha reintegrado cromáticamente y limpiado exhaustivamente. Por último, en el proceso de limpieza de la cruz, se ha retirado el barniz original para después teñir y encerar y volver a pintar con oro la inscripción de INRI.
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