El mes de agosto que está viviendo Quintana es muy diferente al que todos los vecinos hubieran deseado. Ya se vaticinaba que sería un verano peculiar por la crisis sanitaria, pero nadie imaginaba que de un día para otro el coronavirus cambiaría la vida a los habitantes de este pueblo.
Agosto es una fecha de reencuentros, abrazos, celebraciones y es el mes en el que Quintana celebra la Feria y Fiestas. Por ello, las terrazas se llenan de gente, las calles emanan vida, los niños juegan en los parques...Estampas muy diferentes a las que se han visto este año.
Cada 20 de agosto se conmemora el día de la patrona Nuestra Señora de los Milagros con una misa en su honor y desde hace cuatro años, también una procesión. Este 2020, como tantas otras cosas, también tuvo que suspenderse. Pero eso no significó que los quintanenses no pudiesen ver a la Virgen que lleva expuesta durante todo el mes en la parroquia la cual lleva su nombre.
El párroco, Antonio Nogales, consciente de la difícil situación que atraviesa la localidad, decidió celebrar doble sesión de misa, para que todos los fieles que lo desearan pudieran entrar, ya que recordemos, el límite de aforo sigue siendo de 100 personas.
Tanto la eucaristía de las ocho como la de las nueve se llenaron hasta el último hueco, con la respectiva distancia de seguridad, puesto que fueron muchos los quintanense que asistieron, según confesaron, para pedir a la patrona por los vecinos afectados y para que la situación del pueblo mejore lo antes posible.
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