«Vivir con miedo a encontrarse consigo mismo»: La actuación soberbia del elenco de 'El otro' levantó al público de sus butacas

«Estaba aquí solo conmigo, cuando me anunciaron al otro. Porque no soy yo, sino el otro». Este soliloquio se convirtió en el protagonista el pasado sábado en el Rodríguez Ibarra durante noche de teatro en la que personalidad de los personajes se entremezcló con la de los espectadores en una simbiosis de drama y desesperación con 'El otro' de Miguel de Unamuno.

Un montaje de Alberto Conejero puesto en escena por la compañía El Desván Teatro que supo envolver al público en una esfera enmudecida durante la hora que duró la obra, mientras la locura de sus personajes iba llenando cada butaca.

Damián o Cosme, Cosme o Damián, dos hermanos gemelos, un misterio; ¿Quién mató a quién?. La negación a la pérdida, aferrarte al dolor, desdoblar la personalidad o vivir con miedo a encontrarte contigo mismo, son algunas de las sensaciones vividas en el escenario con un único trasfondo común para todas ellas; la inmediata posguerra.

Un dilema resuelto, ¿o no?. La pregunta no cesó, ¿qué había sucedido?, ¿cuál había sido el final?. El pensamiento trágico de Unamuno no podía sino dejar esta duda, una duda llevada a escena, en una obra que no termina al cerrarse el telón, si no que pervivió en la mente de cada uno de los espectadores.

Impecable interpretación de cada uno de los actores en sus respectivos papeles. José Vicente Moirón que da vida 'Al otro', borda con una maestría enérgica un personaje lleno de complejidades. Al que Carolina Lapausa (Laura) y Silvia Marty (Damiana), dos mujeres atormentadas, no paran de intentar seducir impulsadas por su intento desesperado de evitar la soledad.

Domingo Cruz (Ernesto) rompe con la atmósfera de esa casa, llena de tormento, para traer de fuera el imperativo de la sensatez propia del psiquiatra al que da vida y que acaba diluyéndose.

Y por último, Celia Bermejo presenta a un personaje sombrío, siniestro, pero a la vez sensible y lleno de ternura; Ama. Una interpretación necesaria para entender la esencia de la obra. Una mujer que todo sabe y nada dice, que guarda memoria en silencio e intenta olvidar; olvidar la guerra, el sufrimiento y el drama de aquella casa, solo para seguir adelante.